Maternidad

«Nada se pierde, todo se transforma,

cada uno da, lo que recibe, luego recibe lo que da»

Canta Jorge Drexler.

Inicialmente pensé en la letra, pero enseguida me centré en el estribillo que se repetía, transformación, dar y recibir… La idea de reciprocidad aparecía formulada como un proceso, como un cambio, y así fué como, finalmente llegué a la palabra clave de este proyecto: transformación.

Estuve un tiempo planteándome una transformación tridimensional, una escultura transformante, transformadora o transformable, muchas posibilidades plásticas que me venían a la cabeza. Me centré en el propio hecho de la transformación, en como las cosas van cambiando, en el continuo devenir… Me sugieren mucho las ideas de trayectoria, sinuosidad, espiral, las mutaciones químicas, físicas…

Todo esto me llevó a la sinuosidad femenina, a la mutación biológica del embarazo, a la propia capacidad transformadora de la mujer y del crecimiento plasmado en el concepto de espiral.

La espiral…

La sinuosidad de cuerpo femenino, con esa trayectoria cambiante, sujerente, capaz de crear vida, capaz de cambiar el mundo…

La transformación por antonomasia: el embarazo, la creación de nueva vida, el ir i venir de nuevas generaciones, una tras otra, un nuevo ser que viene a la vida…

El crecimiento geométrico de la espiral, creada en relieve sobre el futuro bebé, representando el crecimiento infinito, el movimiento temporal, el devenir…

En definitiva, una transformación genuina y viva como la propia naturaleza, humana y tan cercana a la realidad de cada persona; un clásico en el mundo de la escultura: la Maternidad, ahora nueva, transformada y transformadora.

Tamaño: 35 x 25 x 60 cm

Material: Mármol de Ulldecona.

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